miércoles, 14 de marzo de 2018

El miércoles por la tarde DBH1B Talde 4

Naia Rodiguez,Ayala Marquez,Maialen Ajuriagurra,
Amets Seijo, Imanol Llamas y David Patiño
EL MIÉRCOLES POR LA TARDE
Es miércoles por la tarde, ¡Qué bien! A Laura le encantan las tardes de los miércoles porque son diferentes del resto.
    Los miércoles por la tarde sus padres no están y por eso al principio la dejaban con una canguro que se llamaba Marta. Marta es simpática y hasta le había ayudado alguna vez con los deberes. Y miraban juntas los dibujos animados y merendaban.
  Cuando Marta empezó a estudiar para ser médico, los padres decidieron probar con otra canguro. Pero todo fue tan rápido que no encontraban a nadie y ya era lunes.
Entonces pensaron que le podrían pedir al abuelo que se pasara por casa hacia las cinco y cuidara de Laura hasta la hora de cenar. Con un día fue suficiente.
    Desde entonces, ni Laura ni su abuelo quisieron saber nada de canguros. Pasarían juntos todas las tardes de los miércoles, porque se habían divertido tanto que ya no podían imaginarse un miércoles el uno sin el otro.
     El abuelo era un auténtico nervio, no podía parar de hacer cosas. Las hacía con tanta alegría que era genial ayudarlo. Hasta cosas que en un principio podían parecer aburridas, después eran recordadas como pequeñas aventuras de miércoles por la tarde.
    -¿Ves, Laura, que cuando cierras el grifo cae una pequeña gota de vez en  cuando ?
    -Sí, abuelo.
    Pues si procurásemos  que no perdieran esas gotas de agua que caen, al fin del año tendríamos lleno todo un bidón bien grande.
   Entonces el abuelo visitaba uno de sus sitios preferidos de la casa, que era donde su hijo guardaba una enorme caja de herramientas que nunca tenía tiempo de utilizar.
Y al cabo de un rato, abuelo y nieta ya tenían el grifo desmontado y le cambiaban la goma para evitar que toda esa agua se perdiera. Claro que también aprovechaban para jugar a salpicarse. Hasta tal punto se mojaron que el abuelo tuvo que ponerse una camisa de su hijo y Laura aprovechó para estrenar un vestido nuevo.
Un día ocurrió una cosa que dejó a Laura realmente sorprendida. Andaban juntos por el parque cuando el abuelo se encontró un viejo amigo y empezaron a hablar. Ella no sabía muy bien de qué iba la conversación, pero le pareció que el abuelo se ponía un poco triste. Aunque no era exactamente triste… el abuelo tenía una cara que a ella le costaba entender porque no la había visto nunca.
La conversación iba más o menos así: 
     -Pues yo me encuentro bastante bien, si no fuera porque ya no funcionamos como funcionábamos… ¿verdad?
      -Sí, la salud es tan importante… ¿Qué no daríamos por tener una buena salud?
      Al día siguiente, todo el mundo en la escuela buscaba a Laura, pero nadie la podía encontrar. Laura había desaparecido. Finalmente, apareció en la puerta de la escuela. Allí estaba su madre muy nerviosa con el resto de profesores y hasta un guardia urbano. Nadie sabía de donde salía ni donde había estado.        Cuando le preguntaron dónde, ella sólo respondió:
      -He ido a buscar salud para el abuelo, pero he tardado mucho porque no sé exactamente qué es.